12/10/07

La escuela en la que creo (3) - abierta a la espiritualidad

Es una consecuencia de todo lo anterior. Si la relación se da entre personas auténticas, se dará entre personas completas, desde sus dimensiones cognitiva, afectivo-emocional y, sin duda alguna, espiritual. No todas las personas tienen creencias religiosas -ni creo que sean imprescindibles para el acontecer de Dios- pero, de una u otra forma, todos manifestamos una dimensión espiritual que se abre a las preguntas que sobrepasan la razón (meta-cognitivas dicen algunos), al SENTIDO de la vida, a la dolorosa FINITUD.
Creo en una escuela valiente que afronta sin miedos ni prejuicios esta dimensión. Una escuela que no cae en la trampa de que es un ámbito privado, que defiende una supuesta "libertad" para esta dimensión y no para las otras. Un educador de la escuela en la que creo nunca atropellará la libertad de nadie, en ningún ámbito. Como mucho, y ya es mucho, propone. Ha aprendido que su vida es su magisterio y no utiliza métodos "invasivos". Pero no evita hablar de una parte importante de su ser; no se cercena una porción de sí mismo para entrar a un aula.
Y desde los más pequeños; los niños no son inválidos y mucho menos en su espiritualidad. Lo puedo ver cada día en la vida de mi hija. Se hacen miles de preguntas a las que tendemos a dar respuestas que ni nosotros mismos tenemos, con resultados a veces insultantes para la inteligencia humana. Creo en una escuela con capacidad de escuchar y acompañar las dudas y a sus dueños. ¿Por qué admitimos entre adultos que no hay respuestas seguras pero nos conformamos con chapuzas para los niños? La PERSONA no depende de una coordenada temporal, lo es porque ES.

No hay comentarios:

Reflexiones e intuiciones de un caminante y compañero de caminos. Ideas que me hacen crecer.