2/5/07

tal vez una despedida

¡Cómo no romperse uno en pedazos cuando te contempla!
¡Cómo no llorar ante el milagro cuando acontece y sobrecoge,
cuando se abre paso en el mundo de las posibilidades imposibles
para maravillar al propio ser que creas!
¿Cómo ser al mismo tiempo todas las preguntas y todas las respuestas?
¿Cómo no sentirse inmenso ante la inmensidad que generas,
y cómo no asustarse tanto cuando toda esta grandeza
es tan grandemente frágil?
¿Cómo no morir de pena?
¿Cómo despides a un hijo cuando apenas te lo encuentras?

Querida niña, te quiero.
No sólo con sentimientos, te quiero con voluntad,
con decisión, con consciencia, con sentido.
No sólo te amo, te quiero.

Naturaleza finita
que sin timón te generas y rompes,
esto tú no me lo quitas:
la quiero.

Si lo que importa es el ser,
tú ya has sido.
Si el tiempo no nos retiene,
tú ya eres.
Si esto tiene algún sentido,
si yo tengo algún sentido,
si tú o yo tenemos un para qué,
quiero decidir querer,
una larga vida en años,
o cuatro meses.

Gracias por derramarte de la fuente de la vida
aunque haya sido un instante.
Ahora ya entiendo al que sufre y al que espera,
ahora ya soy el que sufre y el que espera.
Porque quiero.

No hay comentarios:

Reflexiones e intuiciones de un caminante y compañero de caminos. Ideas que me hacen crecer.