¡Ha llamado a mi puerta!
Y mi casa crece.
Y mi casa acoge.
Y la gente viene.
Algunos un día,
otros para siempre.
Y mi templo crece.
Y mi alma acoge.
Y la gente viene.
Y mi casa es nuestra.
Mía, tuya y de quien la quiere.
Acaso no ha estado ahí siempre.
Y me siento vivo,
a veces, alegre.
Siempre con sentido.
Y la gente llama.
Si quieres, te vienes.
Algunos un día,
otros para siempre.
(fragmento de "La isla de fuego", del autor del blog)